lunes, 2 de junio de 2008

Míralos a ellos, los desconocidos

Míralos a ellos, los desconocidos,
tropezando los inventos por el camino.

Míralos a ellos,
los desconocidos,
los desconocidos,
los desconocidos...

Bienaventurados los que se niegan
a llamar a las cosas por su nombre
porque de ellos será la gramática libre.

Sólo necesitan respirarla
para que emanen polisemias
vestidas de sinestesias
-mejor calientes, y entre frutas-.

A Mario Barranco,
precipicio poético.

4 comentarios:

  1. Es curiosamente preciso - no me preguntes la razón - y también bonito. Un poema curioso.

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  2. un placer leerte :-)
    dejo un abrazo

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  3. Estoy con Álvaro. Es curioso, pero llamativo a su vez, y bonito, claro :)

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