llámame feo
mientras usas mis tacones
para disfrazar tus miedos
bajo enaguas que hablan con el río.
Llámame susceptible
para esconder tus ansias
con el chocolate de almendros
de todas las primaveras.
Llámame lo que quieras
como quieras
y donde quieras
pero...
quítate cuanto antes de mi vista
desaparece
porque todo es relativo
y no te pertenece
ni este tiempo
ni este espacio.
Dedicado al tirano VíStor I,
usurpador de nombres.
Lola, vuelvete relativa...como los átomos malvas.
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