Bueno. He tenido un mal día.
En realidad no ha sido malo. Solo regular. Muchos dirían que he sido una privilegiada por vivir este día.
Definitivamente... he tenido un gran día.
Voy a obviar que he dormido mal esta noche, porque me acosté demasiado despierta. También dejaré pasar el hecho de que apagué el despertador esta mañana, porque tenía sueño, y casi llego tarde. Olvidaré que cogí un autobús repleto de gente que me estornudaba encima y que olía (el autobús) a pecera podrida. También olvidaré que no pude irme andando porque iba cargada como una burra (pobre burra, siempre lo mismo, con sus alforjas) porque un necio/a venía hoy a ver "los papeles" del trabajo que yo tenía en casa. Y, por dejar pasar, dejaré correr un pequeño incidente mañanero que no tiene importancia, pues, a fin de cuentas, nadie dijo que vivir fuera fácil (el problema es que a mí me pareció oír cierta vez que el cuco voló del reloj para reirse del taxidermista, porque él era de madera ya).
Ya no me acuerdo de que me dolía una rodilla porque no puedo llevar peso encima. Un día de estos me convertiré en migraña ajena, y seré pesada para otro. No, no... no quise decir eso. Quería decir que cualquier día de estos, cuando nadie me mire, me meteré en el armario de puertas correderas a dormir y me vestiré con una corbata de propaganda, una falda pasada de moda, un jersey que no abrigue y un pañuelo en el cuello (para no perder la costumbre). No iré a ninguna parte, simplemente, me pondré todo eso para que queden perchas vacías y colgarme (entiéndase, encontrar un hueco) pasar desapercidida. Alguien preguntará:
-Pero bueno.... ¿dónde estaba esa corbata que juraría que dejé allí?
Pero allí ya será aquí, y la vida, plagada de adverbios y de determinantes, concederá una esperanza a la revolución silenciosa, la de la desubicuidad.
No me auditaron (verbo estúpido de conjugar donde los haya) gracias a la vida, o a los cucos, o a la noche. Para celebrarlo fui a comer a un sitio que creí que era, por este orden: pijo, caro y pelín snob. Y mira tú por donde era barato, corriente (aunque con cierto tilín, tilín, que viene el tren de la bruja y te dará con el globo de color rosa en la cabeza), limpio, agradable y todo estaba buenísimo. Luego he estado rompiendo papeles, reciclándolos en unas bolsas enlutadas y enormes que tocaron Campanas cerca de la plaza, ante la muerte de la tiranía escrita..., y no he hecho otra cosa (casi).
En fin, fin, fin, que hoy dispuesta a seguir resolviendo enigmas a tres bandas, con cocos, almirantes de la locura (la locura siempre debe tener quien la desgobierne) y salamandras en clave de melocotón, o en chispazo termodinámico retroproyectado hacia el fin, fin, fin.
Este fue el año de las adelfas y sus Hijos, de las letras al abrigo del Barranco, del cierre de los viajes hacia los olivos, que se han tornado Álamos.
Y este será el año de escribir hasta que duela, para que aunque nadie entienda, alguno sea feliz con una carta de remite ajeno -con olor a tierra caída (no sé si mojada)- que se posó en el buzón de cualquier extraño con tendencia a mirar, a enredarse el pelo, garraspear o contarle las patas al gato (que siempre tiene tantas como guindas lleve la tarta de un cumpleaños vertido en un mensaje).
FELIZ AÑO.
lunes, 31 de diciembre de 2007
sábado, 29 de diciembre de 2007
Forito
No sé cómo he llegado hasta ahí, pero aquí llegué. Y me encontré esta intervención en un foro de Las Tres Mellizas (que deben ser un webo de niñas, con perdón).
"Hola me llamo Maria
quiero buscar novio de 10 a 12 años y que viva en valencia por la Avenida Alameda porfavor escribirme al:*****@ono.com, espero que respondaisss.A y antes de olvidarme que sea guapo casi mas alto que 1 40 que no sea bago y que sea del oroscopo capricornio o cancer.gracias"
Todo está copiado, tal cual, salvo el correo de la cría, que he suprimido por razones obvias. Las cosa es que no sé qué es lo que más me ha gustado, si su estatura, que le pida al príncipe alamedario que no sea vago (o bago, a fin de cuentas debe ser parecido) y que tenga un horóscopo que si sale con barbas San Antón y si no, la Pura Concepción.
En fin...ARRIBA MARÍA, y que Dios nos coja confesados.
Pasteles de madera, hojaldres de plata, azúcar congelada
Planchas de prensa,
planchas de fotos,
placas de zinc,
bases de mercurio.
Fotograbados en tipos de imprenta
descoloridos de tanta intemperie;
tacos de madera agujereados por las polillas
que juegan a excavar avenidas imposibles
para ciudades en extinción.
Y allí al fondo,
entre ocres sucios y amarillos descompuestos;
entre nueve nubes de gasas,
el recuerdo centenario
que te sigue haciendo vivir
con la fidelidad del frío,
en un material que ya
no alberga esperanzas.
planchas de fotos,
placas de zinc,
bases de mercurio.
Fotograbados en tipos de imprenta
descoloridos de tanta intemperie;
tacos de madera agujereados por las polillas
que juegan a excavar avenidas imposibles
para ciudades en extinción.
Y allí al fondo,
entre ocres sucios y amarillos descompuestos;
entre nueve nubes de gasas,
el recuerdo centenario
que te sigue haciendo vivir
con la fidelidad del frío,
en un material que ya
no alberga esperanzas.
viernes, 28 de diciembre de 2007
domingo, 16 de diciembre de 2007
Cuestión de gusto
Me gusta leer.
También releer.
Y me gusta acordarme de las cosas que leo.
Por dulce placer.
A veces, por placer masoca.
También me gusta olvidarlas,
por el mismo ambivalente placer.
Y descubrirlas (a veces redescubrirlas, a veces (re)inventarlas,) en cualquier momento.
Y, de pronto, esa señal a lápiz o a boli en el libro,
o en la piel,
esa hoja seca que separa las páginas,
esa doblez alta,
ese beso, esa lágrima, ese muermo que se posó allí,
esa señal sonora en las letras...
trae a la memoria el recuerdo.
Y éste, a veces, está dormido. Otras es violento.
Otras reniega de sí mismo y revienta, y quiere destruirse sin conseguirlo;
otras suma y sigue, y consolida, reconstruye;
otras tira el libro por la ventanilla de un coche en marcha y lo siembra con desdén en una cuneta por donde pasará una fila gigante de hormigas que olerán lo dulce de las letras (las hormigas creen que todo es dulce: viven a ras de la tierra).
Las hormigas devorarán el libro y, con él,
los recuerdos,
el relámpago chispeante de energía
que conduce a la memoria por los laberintos del pasado.
Aquellos que, conforme se recorren, varían sus setos
y deforman las calles recorridas
para que nunca encuentres la salida,
para que nunca salgas
de las arterias que retienen la vida de los sueños vividos
en las letras...
...las de la memoria de algunos recuerdos.
También releer.
Y me gusta acordarme de las cosas que leo.
Por dulce placer.
A veces, por placer masoca.
También me gusta olvidarlas,
por el mismo ambivalente placer.
Y descubrirlas (a veces redescubrirlas, a veces (re)inventarlas,) en cualquier momento.
Y, de pronto, esa señal a lápiz o a boli en el libro,
o en la piel,
esa hoja seca que separa las páginas,
esa doblez alta,
ese beso, esa lágrima, ese muermo que se posó allí,
esa señal sonora en las letras...
trae a la memoria el recuerdo.
Y éste, a veces, está dormido. Otras es violento.
Otras reniega de sí mismo y revienta, y quiere destruirse sin conseguirlo;
otras suma y sigue, y consolida, reconstruye;
otras tira el libro por la ventanilla de un coche en marcha y lo siembra con desdén en una cuneta por donde pasará una fila gigante de hormigas que olerán lo dulce de las letras (las hormigas creen que todo es dulce: viven a ras de la tierra).
Las hormigas devorarán el libro y, con él,
los recuerdos,
el relámpago chispeante de energía
que conduce a la memoria por los laberintos del pasado.
Aquellos que, conforme se recorren, varían sus setos
y deforman las calles recorridas
para que nunca encuentres la salida,
para que nunca salgas
de las arterias que retienen la vida de los sueños vividos
en las letras...
...las de la memoria de algunos recuerdos.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
Abecedario vital I
Cuando empecé a conocerle deseé que no parara de hablar, hasta no necesitar las palabras. Y así fue.
Luego inventamos 900 diccionarios que se reescribían cada día solo para nosostros y nunca eran iguales.
Ahora, las sílabas acarician,
las miradas escriben
y los besos pasan las páginas
hasta cuando están mal escritas.
Aun así, él se empeña en ser anónimo,
a pesar de ser el códice de mis secretos,
el incunable más valioso de mi vida
y el entremés que hace que el resto
sea prescindible.
Luego inventamos 900 diccionarios que se reescribían cada día solo para nosostros y nunca eran iguales.
Ahora, las sílabas acarician,
las miradas escriben
y los besos pasan las páginas
hasta cuando están mal escritas.
Aun así, él se empeña en ser anónimo,
a pesar de ser el códice de mis secretos,
el incunable más valioso de mi vida
y el entremés que hace que el resto
sea prescindible.
Algunos motivos
Porque el presente no es ningún tiempo perdido,
porque me especialicé el árboles caidos,
porque la noche arropa a los ruidos,
simplemente,
soy hora
soy hoja,
soy silencio
y soy lo que he sido.
Callad... oigo pasos en la azotea
y me gusta oir al futuro
vestido de tacones verdes.
porque me especialicé el árboles caidos,
porque la noche arropa a los ruidos,
simplemente,
soy hora
soy hoja,
soy silencio
y soy lo que he sido.
Callad... oigo pasos en la azotea
y me gusta oir al futuro
vestido de tacones verdes.
lunes, 12 de noviembre de 2007
PASOS
Niega un paso el siguiente
y así todo camina en dos direcciones.
Ando, andas, anda....
Vuelvo, vuelves, vuelve...
(ven, ven, ven).
y así todo camina en dos direcciones.
Ando, andas, anda....
Vuelvo, vuelves, vuelve...
(ven, ven, ven).
Old willow pattern
Tardó solo unos pocos minutos en diseñar aquella pagoda china
sobre maderos paralelos.
Las líneas columpiaban el cielo,
recortando sus secretos.
A su lado, aquel jardín a medida,
el estanque surcado por el barco de la huída
y el templete junto al puente de palos.
La maleza azul dio la vida al blanco.
Y el pintor consiguió,
entre grecas,
encerrar el paraíso de aquellos dos enamorados que un día se convirtieron en pájaros.
sobre maderos paralelos.
Las líneas columpiaban el cielo,
recortando sus secretos.
A su lado, aquel jardín a medida,
el estanque surcado por el barco de la huída
y el templete junto al puente de palos.
La maleza azul dio la vida al blanco.
Y el pintor consiguió,
entre grecas,
encerrar el paraíso de aquellos dos enamorados que un día se convirtieron en pájaros.
viernes, 19 de octubre de 2007
jueves, 27 de septiembre de 2007
Un castillo de arena
Y una ola airada.
El desafío a tus pies,
la mirada en dos torres,
la esperanza en la almena
y la sal
derramando la vida
para secarla
in ictu oculi.
El desafío a tus pies,
la mirada en dos torres,
la esperanza en la almena
y la sal
derramando la vida
para secarla
in ictu oculi.
viernes, 20 de julio de 2007
En la frontera,
se han unido las líneas de luces y de sombras
con sentimientos diferentes
que se enfrentan al interrogante...
Hilo
Las palabras
siempre se desplazan en
todas las direcciones,
siempre
se columpian para terminar,
por siempre,
hundidas
en las pupilas
que aman
las yemas
de mis dedos...
N N
u u
n n
c c
a a .... ....... temblaron ..............................
... .... .... ... ................................... .... .... .... .... nunca sintieron miedo
N U N C A ...... dudaron.................. más de lo que yo lo hice.
.
Aquí seguimos
Alguien coge un hilo. Puede ser una palabra...
y la estira y la besa,
y le habla
y la colma de sensaciones para, luego,
regalarla, o abandonarla,
tal vez olvidarla...
o mimarla para encadenarla a la libertad de la siguiente,
que puede ser la tuya.
Y los colores se funden
en la almohada de los sueños
que se conmociona.
Y las sábanas que albergan las cosas que ya no sirven
se hacen transparentes...
para que tu memoria aparezca,
se tiña de pálpitos,
de emociones,
de caricias vocálicas o consonáticas
que habitan en fueros sin leyes,
en paraísos colectivos que
te reciben
porque nunca te fuiste de ellos.
Aquí estamos, porque nunca nos fuimos.
Y mientras el verano pasa...
pensando en qué escribir... para oír emociones vertidas en la sal del trazo contenido, en el suspiro cómodo de la piel transparente, que recibe tu aliento, para llenarse de burbujas de vida.
Aquí estamos, porque -en realidad- siempre quisimos estar.
Nos sirve el lápiz, o el ordenador. También la pared, la servilleta, la camisa, una espalda, un muslo, un brazo propio o ajeno, la arena del reloj... enredando en nuestra madeja.
HiLo
y la estira y la besa,
y le habla
y la colma de sensaciones para, luego,
regalarla, o abandonarla,
tal vez olvidarla...
o mimarla para encadenarla a la libertad de la siguiente,
que puede ser la tuya.
Y los colores se funden
en la almohada de los sueños
que se conmociona.
Y las sábanas que albergan las cosas que ya no sirven
se hacen transparentes...
para que tu memoria aparezca,
se tiña de pálpitos,
de emociones,
de caricias vocálicas o consonáticas
que habitan en fueros sin leyes,
en paraísos colectivos que
te reciben
porque nunca te fuiste de ellos.
Aquí estamos, porque nunca nos fuimos.
Y mientras el verano pasa...
pensando en qué escribir... para oír emociones vertidas en la sal del trazo contenido, en el suspiro cómodo de la piel transparente, que recibe tu aliento, para llenarse de burbujas de vida.
Aquí estamos, porque -en realidad- siempre quisimos estar.
Nos sirve el lápiz, o el ordenador. También la pared, la servilleta, la camisa, una espalda, un muslo, un brazo propio o ajeno, la arena del reloj... enredando en nuestra madeja.
HiLo
La Madeja
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