“Ahora escribo
pájaros.
No los veo
venir, no los elijo,
de golpe están
ahí (…)
en los alambres
de la página,
chirriando,
picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que
darles, solamente
dejándolos
venir. Tal vez
sea eso un árbol
o tal vez
el amor.”
Cortázar
Huyo de la piel
de tormenta,
del relámpago
violento,
de la vehemencia
del golpe.
Huyo,
porque me
reconozco parte de la electricidad
de este tiempo
de grietas,
de este tiempo
de tiempo.
Dejándoles venir |
Las Palabras acostumbradas, Guadalturia, 2012
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