lunes, 3 de marzo de 2008

MAR DE TEJAS

Hay un mar de tejas rojizas balanceándose a mi espalda.
Un mar de tejas ocres que,
-imagínate-
tropieza en la pendiente y logra sortearla.
Y resbala, como si fuera un inmenso tobogán de arcilla,
sobre la piel mimada por el musgo seco que allí habita:
un bosque en miniatura
acomodado a esa peculiar ladera,
morada fugaz de pajarillos asustadizos,
vulanicos que me recuerdan trazos
de mi infancia en una casa con tejado a dos aguas
e hilos desprendidos de madejas lejanas.

Ondas y surcos compuestos en perspectiva
-suponte-
formando un jardín colgante de un pasado estremecido,
frente a mi habitación de ventanas abiertas cuyos visillos
silban mientras siembran la rara lógica de la memoria...
Y mi memoria no vuelve a la casa de estilo inglés,
que habité de niña durante algunos veranos,
sino que se refugia en la malla cosida por remates
y encajes ocultos a la vista.
Y allí ondea quieta




En la Iglesia, desposeída del nombre de la costumbre,
-ya ves-
no hay habitaciones sacramentales que se mezclen
con los fantasmas de las historias.
Y todo, frente a mí, es como una inmensa
cabalgata del destino en pendiente.
Un festival que parte de un sereno látigo de cien cuerdas,
asentado sobre veinte nudos que ordenan las filas
que esperan saltar al vacío
cuando el poder de la mano que lo fustiga diga:
AHORA YA NADA.

Y mientras los sinos llegan, un canal postizo
-míralo-
recoge las lágrimas mañaneras creadas en la nocturnidad
porque ya no hay campanas que repiquen,
ni nadie que componga lunas a la luz de una sombra.

Y cuando nadie observa,
cuando crece la oscuridad luminosa en parpadeos
ocultos bajo nubes de tinieblas;
cuando calla el desfile de lo cotidiano,
el azar del derrumbe inexorable invoca,
de uno en uno,
los nombres congelados en el sueño
que ya no es capaz de imaginar
la sombra de una realidad ida.

Ocres piezas antes rojizas, medidas por parábolas
-adviértelas-
sacadas de algún muslo de mesuras huecas,
asentadas en el apoyo de una compañera
de su misma especie para dar cabida,
también en su contra, al aire.
Corriente a contracorriente,
lo cóncavo y lo convexo
intercambian gestos cómplices, para reunir
en esta composición de besos,
el escaparate alfombrado de afirmaciones
que se sostienen por las renuncias.

Y sobre las dudas ha crecido
–siempre por arte de la tierra encerrada-
pequeñeces superlativas coronadas por un pararrayos
que no se avergüenza de ser
hijo de una sola madre
y novio para la ira.

(A la espera de subirnos al nuevo tejado para poner la auténtica foto. Pronto, supongo)

3 comentarios:

  1. Es para mi muy satisfactorio hacerte llegar mi emoción de agradecimiento por el estímulo que con tus comentarios en mi blog han hecho posible la NOMINACIÓN para optar al premio Premios Pequeño Principe 2008

    Es gracias a ti, al igual que los demás posedores de un blog que con tanto afecto nos comuniquemos la magia que en ellos se encierra.

    Ya se abrió la etapa de votaciones. La pagina donde estamos los nominados es la siguiente:

    http://premios-principito.blogspot.com/2008/01/votaciones.html

    Al final de ella se encuentra; publicar comentarios, y entonces se pega el ID de su preferencia. El ID que me corresponde es: ID.080244 GERARDO "Imaginaria"
    En caso que tu deseo sea por otro colega nominado puedes copiar Su ID.

    Con mi agradecimiento. Recibe un beso para tu alma.

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  2. Llovió sobre aquel mar,
    agua de luz y de cristal,
    rayos de miradas, sonrisas
    cansadas de tanto llorar.

    Las sirenas que en él
    viven, toman el sol
    sin sus colas de mar,
    juegan con los marineros
    alados, alegres cantantes,
    señores de del alba y
    el ocaso.

    Los peces son aves, allí,
    en el océano carmín,
    no hay ballenas, ni se
    escucha el oleaje; allì,
    en el ocèano carmìn,
    no puedes saborear la sal.

    Se tuesta el mar techado,
    cobija a sus infiernos,
    a los amores que viven
    en sus entrañas, cielo
    para un hogar.

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  3. Copio aquí unos versos tuyos:
    http://novelaimaginaria.blogspot.com/
    Saludos,
    Fernando

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