"Siempre te quedará el aire"
A pesar de la luz y de la luz de luz, una arrastra el cansancio en el que se ha convertido este tedio, crecido tan solamente con un par de gotas, -eso sí, bien concentradas-, de Alta Decepción-. Hasta la mujer-nido, consciente del asunto, se vio obligada a tomar esta lanza, por su propia seguridad.
Sin embargo, de forma casual, llega a su vista este texto de Cerámica Fango en el que se cita a Pessoa y recuerda su poema sobre el oro y el vidrio. Y se desarma.
Y convierte su cetro en rama, para ir hasta la raíz.
"Hay una felicidad plena
en los niños que juegan a empuñar nubes,
en las niñas que manchan sus manos de tierra
para construir sendas con las yemas de sus dedos;
una felicidad que cabe en el bolsillo
y tiene el color de la arquitectura de cualquier tarde..."
Fragmento de Las palabras acostumbradas
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