jueves, 17 de abril de 2008

Cadáver exquisito

Acaba siendo ese delirio,
la plenitud que nos llega
como ensalmo abreviado en tu voz.
Las noches se funden de ausencia,
las alfombras se despliegan
y los ecos, una vez más, llaman a la puerta.
Las palabras fragmentan los espejos
que devuelven viudas y vacío.
Ya nada quiere ser hijo nuevo.
Los frutos reniegan de su cuna
y todo, todo se apaga.
No nos queda nada que no lleve un brillo en los ojos,
que no respire la calma
de nuestras palabras.




En recuerdo de una tarde de miércoles con Saray, Álvaro, Pedro Luis y Martín Lucía.

4 comentarios:

  1. Una tarde exquisita para todos :)

    ¡Un abrazo!

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  2. Saberos ahí,
    con La Palabra Entregada,
    a la espera que germine
    en la luz naciente
    que nos agita el alma.

    Saberos ahí,
    haciendo festín deleitoso
    de un cadáver exquisito
    que vincula los lazos
    invisibles en el ansia.


    Gracias por haceros cómplices, amigos y compañeros de La Palabra. La Palabra enaltecida y honesta, La Palabra Poética, NuestraVuestra Palabra.

    ¡¡ Sed felices...!!

    Pedro Luís Ibáñez Lérida.

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  3. ¿Soy tan grande?

    jajajajaja, GUAPA.

    jajajajajajajaja.

    Los clientes del hostal se pensarán que estoy loco.

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