domingo, 25 de octubre de 2009

Otoño ambulante


Me hablabas de un otoño vencido
asomado a cualquier mañana,
de un color sin sombra,
de una sombra sin tacto,
de un tacto rojo-acerola,
de nísperos dormidos
entre cuentas pendientes.

Me hablabas de sumas y restas
prendidas en la tarde,
del peso molecular de la granada
de la granada y el aloe
del aloe y la forma de la noche,
de la noche y las horas;
de las horas... y yo...


...y yo atrasaba el reloj
para que no llegara tarde
el próximo aguacero,
mientras corrían cuesta abajo
todas aquellas palabras
resbalando
como la piel
camino de la esquina
en la que se cruza el aire
antes del vendaval.

9 comentarios:

  1. ...de las horas...y Yo!!!...

    vale!...

    "Viva Triana!"...???

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  2. ops... es verdad!
    Faltaba un espacio para que tuviera "sentido" el texto de debajo de la foto, en continuidad.

    Saludos de patio-corralero

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  3. La primera parte es un auténtico viaje,
    un abrazo.

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  4. Que bonita forma de entrar en el otoño.
    ¿Dónde puedo ver fotos del recital del sábado?

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  5. hermoso y merecedor de un regalo (en mi página, para tí).
    Un abrazo madejero.

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  6. Felicidades. Este poema te agarra y no te suelta hasta el final, dejándote un sabor agridulce... Me encanta.
    Besos.

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  7. ... ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazon
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesia ...


    AFECTUOSAMENTE
    la madeja de palabras y de las cosas




    jose
    ramon...

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  8. Otoño de castallas y granás rojas como las banderas.

    Siempre detrás de tu pista.

    Saludos y un abrazo enorme.

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  9. Primeiro Cálice

    São esses altares de rigor a Arina em segredo edificados
    Sempre que as pétalas de veludo de tua pele deslaçam
    E na alvura marmorínea o sorriso descreve os passados
    Mas é o futuro que leio se meus lábios aos teus soletram

    Na linda do silêncio, ao fundo da tutelar penumbra
    A tarde aguarda ante o cintilar sincopado do browser
    Teu perfil sob a cascata sedosa dos cabelos síceranos-
    Sibilinos sussurram-me o olhar ledo de colorir a sombra
    Repetindo cada gesto tudo quanto o sonho apenas requer
    E crescem-me aos olhos tamanhos os amanhos de mulher
    Os trabalhos, as lides, as esperanças que só o desejo cobra
    Pondo cobro ao tédio se sobraça e grita, incita e tece obra:

    Eis o aval de quem se prende por cativo preferir ser homem
    Cuja bandeira sacudida alude rebeldias ancestrais helénicas
    Na senda dessas flores acesas que em ternura se consomem
    Brilham nos céus pejados labaredas iridescentes e académicas.

    Não sei quem foi que disse isso ser amor alguma vez sequer...
    Porém, essa esquina única em que a alma se baloiça e me dobra
    Ferve em cachão se tua mão me açoita semeando nessa sina sobra
    De vivo esse ser, ao soltar-se o silêncio audaz no repentino arder!

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