“Son tantas las pateras requisadas
que ya no caben en los almacenes de la Guardia Civil, por lo que en Ceuta
se ha
iniciado un proyecto para `reconvertirlas´ ya que sumergidas pueden formar arrecifes para
la cría de abadejos”.
Revista Parabólica, artículo sobre el Estrecho (el link que utilicé en el 2003 ya no existe hoy).
Los británicos hablan del "enjambre" ante la "muchedumbre" que quiere pasar desde Calais; los españoles practicamos "devoluciones en caliente", empleando un lenguaje propio de un puesto de comida rápida; los húngaros (sic) aceleran las obras de su valla contra "los sin papales", para tratar de impedir la entrada de los serbios... Hoy no hablaré de otras fronteras, convertidas en muros que dan seguridad y miedo a las sociedades modernas, más cercanas a la ciencia ficción que a la realidad, como las vallas de la frontera estadounidense en ciertos puntos de México o el enorme talud indescriptible que separa al pueblo palestino. Tampoco de radares, señales de calor o pateras. Ya lo he hecho otras veces.
Hace años, en 2003, preparé una ponencia para el II Congreso Internacional sobre Inmigración - Balears 2015 celebrado en Palma de Mallorca. Llevaba como título "Percepciones ante la inmigración: La mirada del Arte". Debo decir que no hay, prácticamente, rastro de estos trabajos o de sus conclusiones en la red, reduciéndose a enlaces rotos. Para muestra un botón: la web oficial a través de la cual se coordinaron todas las actividades. Fui la única persona que habló de Arte y Acción ante los representantes de muchas y variadas instituciones. También la Acción, decía yo en el 2003. También.
Llevé muestras de un compromiso más o menos claro, eficiente, creativo y original; muestras de propuestas actuales, con una enorme variedad de respuestas en criterio crítico y en la acogida de ciertas acciones. Como no es oro todo lo que reluce, puse en entredicho la improvisación y vaguedad ética de otras muchas y traté de sacudir la sala de una cierta inmovilidad de planteamientos con la agitación artística realizada a través de contrastes. Si, ahora, asistimos a la segunda luna llena de Julio, en aquella época los telediarios saturaban con el posible hallazgo de agua en Marte. Y resultaba compatible observar el planeta rojo y no ser capaz de interpretar la realidad más cercana. Hablé de la necesidad de urgencia de políticas de solidaridad y terminé citando el monumento a la Tolerancia en Sevilla, obra de Chillida, convertido en un improvisado orinal. Me pareció curioso leer el artículo de Antonio García Villarán hace poco a este respecto, pues era necesario, un montón de años después, tener que volver a decir lo mismo.
Pocos atienden, pocos escuchan. Y nos repetimos. Ahora la blue moon. Estamos muertos.
Fotograma de la Acción que realicé en junio de 2015 bajo el título "Estamos muertos". |