Si me despojas de la mañana
haré de mis párpados un mar
con corazón de musgo
para habitar la orilla de unos manos.
Las palabras acostumbradas
Las palabras acostumbradas
Tomar unos pocos gramos de esta tierra limpia, que se sabe tan antigua como recién estrenada, y ofrecer la vida que cobija a quien le valga una gramática de lluvia, o de mañana, o la metáfora.
Tomar un pellizco de vida que se sabe vida y hacer de él el centro de todas las geografías.
Concentrar en unos pocos centímetros la voluntad de saberse hoy.
Y ser en la orilla de unas manos.
Ser.
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