martes, 27 de marzo de 2012

Sin más metonimia que la del abrazo...


La Biblioteca Municipal de Écija es un auténtico tesoro arquitectónico. Salas y más salas se acoplan con la naturalidad del tiempo en este entramado planimétrico de la preciosa Écija. Y allí, junto a esa plaza que es salón y es vida, esta mañana llena de luz, he estado participando en el Bibliofórum que organiza la Biblioteca de Écija - Tomás Beviá, a través del circuito literario que coordina el Centro Andaluz de las Letras

Durante una hora y media he compartido poemas y vivencias con el alumnado de 2º de Bachillerato  del Instituto Vélez de Guevara y de 4º de ESO de SAFA.  Para ello preparé un recital especialmente adaptado a la edad del alumnado, y a él se han sumado las intervenciones de varios/as alumnos/as que han preguntado aquello que la curiosidad pedía saciar. También han colaborado musicalmente, improvisando varias composiciones a la guitarra, o incluso leyendo un poema a doble voz. Una mañana llena de anécdotas, risas y mucha complicidad.


Muchas gracias, Maruja, responsable de la Biblioteca y Cefe Aguilera, quienes han coordinado todo para que no faltara nada y hubiera abundancia de sonrisas, ganas y palabras.

Gracias, chicos/as, por haber estado de forma natural, respetuosa y tremendamente gratificante para quien esto escribe.

Gracias, a todos/as por una mañana como pocas. Simplemente, estupenda.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Háblame del dolor de los árboles huérfanos...

Hace unas semanas, recibí en mi correo este precioso texto de Santiago Aguaded, coordinador de la antología del Agua recién editada. Y hoy, día de la poesía, aquí queda para darle las gracias. 
(También a Aure Gallego, por sus ramas)



"Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema"
Alejandra Pizarnik
Los Pájaros se enseñan por la Nieve.
E. Dickinson

"HÁBLAME del dolor de los árboles huérfanos de lluvia, lola. Si no tienen agua ni savia ¿con qué lloran? ¿cómo pueden mirarnos sin suplicarnos justicia? ¿Acaso el hombre no es responsable de la no-lluvia? lola, da voz a los árboles, como hacen los huérfanos, de lealtad y de afecto que prestan su voz a la voz plural de diana, de alejandra o de emily que se entregaban al azar como muñecas ausentes, se mordían las uñas y escribían cosas sobrecogedoras. ¿Así eres tú lola? Háblame de los árboles huérfanos de tu jardín en pendiente, de las palabras que no conocen el beso o la SAL(v)iva del paladar por la que transitan. ¿Quién sabe la edad de un árbol? ¿Quien de su dolor? Acaso sólo los pajaritos de las nieves. Aquel pájaro que se mira en su espejo y con cantos de fiebre se consuela. Sólo la gloria supo cantar su Fortaleeza 1. Solo ella cantó a los pajaritos como se canta a los niños. Y tú, lola ¿tienes el corazón de un pájaro, de un árbol o de la nieve? Háblame de esa nueva gramática malva. ¿Es tan bella como la sintaxis espacial de un bosque? ¿Es esa gramática la misma que la gramática del infinitivo? Por favor en el próximo correo envíame resina roja de la corteza de tu árbol más amado (preferentemente un árbol de la especie virola calophylla, epená pa los indios) que yo la mezclaré con ceniza de la flor de la sangre de cristo y con agua del manantial mas puro de aracena y luego me lo comeré todo como en un rito yanomani, pensando en ti, como la szymborska escribiendo la polifonía quebrada de los bordes de mi súplica".


écrit para SAL le jour fumeterre (fumaria officinalis) de deuxmille douze

Santiago Aguaded







1 La doble e no es una errata, porque es necesario para que el lector descubra

la palabra oculta combinado las letras en negrita.

sábado, 10 de marzo de 2012

Siempre me he asomado al mundo...



Siempre me he asomado al mundo por donde he podido:
por el filo de la cortina,
por el hueco de las manos,
por la arruga de la comisura de unos labios,
por las pupilas de cualquier gato.

Y cuando escribo, busco un poema a medida,
una suerte de declaración de intenciones:
Asomarse al mundo cada mañana
y llenar bien los pulmones
sin dejar al otro sin aire;
salir de casa
sin pisar demasiado fuerte;
vivir no necesita tanto ruido.

Hacer una poesía que sea útil
y no se arrepienta de la hipérbole
de llamar al frío por sus ojeras,
a la espera por las esquinas,
a la injusticia por su peso,
al amor por su tacto;
que vierta luz aunque sea esa poca que necesitas
cuando tienes las manos llenas de viento.
Hacer un poema blanco
que deje las palabras al descubierto,
limpias del salitre
tras el baño de la vida.
Un poema que se conduzca solo,
piel y pulso,
renglón de sístole,
más allá de los escaparates.

Que no empuje ni aparte,
un poema mano a mano,
capa a capa,
espina a espina;
que no te diga ya voy, sino que llega,
y sea capaz de entrar
donde no ha pisado casi nadie;
un poema para el encuentro
más allá de las citas;
un poema sin dueño,
sin nombres propios.

Un poema-deseo
capaz de habitar en ti,
sin fingimiento ni pudor.

Un poema sin horario,
abierto 24 horas,
que no quiera ser oportunidad,
que no busque glorias.

Que sea como el mar visto por los ojos de un niño
o como una nube en tiempos de sequía,
que ande en zapatillas por casa;
un poema que te devuelva al presente
cuando te obstinas en poner de luto al futuro.

En fin, un poema ¿(im)posible?,
sin epítetos,
sin otra gramática
que la de los verbos recíprocos,
ni más metonimia que la del abrazo.